El Capricho de Gaudí, pretendiente al título de Patrimonio Mundial de la Unesco

Exteriores del Capricho de Gaudí. / ANDRÉS FERNÁNDEZ
Nace un Círculo Sociocultural con el afán de impulsar la candidatura

El Capricho de Gaudí desde hace meses está trabajando para recuperar su aspecto original y así poder optar a ser declarado Patrimonio Mundial de la Unesco. Según anunciaba en rueda de prensa el actual director gerente del Capricho, el japonés Taketo Kurosawa, el arquitecto nipón Hiroya Tanaka lleva años investigando la obra de Gaudí, lo que le ha permitido interpretar y dibujar los planos de la obra del Capricho, que desde el mes de abril pueden verse expuestos dentro del edificio. Los planos, maquetas y bocetos originales del Capricho nunca han sido localizados, pero tras 35 años de estudio exhaustivo, Hiroya Tanaka, que en el 2004 optó al premio Príncipe de Asturias de las Artes, ha logrado descifrar cómo era su aspecto original.
En el mes de abril el Capricho, que actualmente alberga un elegante restaurante, volvía abrir sus puertas al público tras haber superado la primera fase de reformas en la recuperación de su aspecto primitivo.
En primer lugar se volvieron pintar todas las salas de blanco, que era como estaban en un principio, y también se retiraron los elementos decorativos que había en la canalización, ya que no eran los originales. Ahora el siguiente objetivo será restaurar el suelo primitivo, que estaba hecho de cerámica, y recuperar el invernadero que formaba parte de la casa y que reproducía un jardín tropical cubano.
Uno de los inquilinos que tuvo el privilegio de habitar esta particular vivienda, trasformó el invernadero en sala de juegos para los niños. Según Hiroya, el arquitecto, recuperar este espacio es uno de sus grandes retos.
Conexión España-Japón
Para impulsar esta candidatura, recientemente se ha creado el Círculo Sociocultural El Capricho de Gaudí, que como primera actividad ha organizado en el Palacio de Sobrellano una doble exposición, que permanecerá abierta hasta el próximo 14 de julio.
Por un lado, el fotógrafo español Rubén García Escalante expone la interpretación personal que él ha realizado sobre la obra más importante de Gaudí en Comillas, jugando con el color y el movimiento, dos elementos clave en la arquitectura del artista catalán.
Además, también se puede contemplar su nueva obra, una fotografía conceptual de contraste, frente a la que es difícil quedar indiferente por el efecto inquietante que produce a todo aquel que la observa.
Por otra parte, el calígrafo japonés Ryuho Hamano expone grandes murales de Arte Sho, cuya fuente de inspiración ha sido El Capricho, y cuyo fin consiste en evocar lo que representaba para el artista japonés la obra de Gaudí. Esta no es la primera vez que el maestro nipón visita España, su obra ya se ha podido ver expuesta en Barcelona y Salamanca.
El próximo día 4 de julio, para todos aquellos que se acerquen al Palacio de Sobrellano, Hamano hará una demostración caligráfica de Arte Sho, a la que seguirá la tradicional ceremonia del té, a la que todo el mundo esta invitado.
Propuesta conjunta
Según informan fuentes cercanas al entorno del Capricho, se está estudiando la posibilidad de presentar la candidatura del Capricho de Gaudí a formar parte del Patrimonio Mundial de la Unesco junto con otras dos obras del arquitecto catalán , el Palacio Episcopal de Astorga y la Casa Botines, ambas edificaciones situadas en la provincia de León, con la finalidad de aunando esfuerzos lograr el objetivo común de conseguir el reconocimiento mundial de estas singulares obras de arquitectura.
Destacar que el Capricho de Gaudí fue encargado allá por el año 1883 por Máximo Díaz Quijano, un apasionado de la música, y, como es característico en toda la obra de Gaudí, cada edificio que proyectaba contenía detalles acordes con los gustos de los patronos, por eso los elementos que de forma sutil componen la belleza del Capricho dedican a la música su máxima expresión: en la disposición acústica del espacio, en las vidrieras se dibujan motivos musicales como una guitarra y un órgano junto a la abeja y el pajarillo, e incluso al abrir las ventanas parece percibirse el sonar acompasado de unas campanillas.
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Seguimos comentando aquí lo mismo que en otras intervenciones, la idea de todos siempre es la misma; recuperar el "original" pero cada vez perdemos más ese original en el intento de recuperarlo, ya nadie puede conocer que fue ese original, lo original es volver al origen o sea no tocar nada porque es imposible recuperar lo que ya se ha perdido y sobre todo si la obra la realiza gente que tiene diferente" sensibilidad" es imposible que se recupere el espíritu real.

Por empezar hay que decir que un restaurante necesita de unas instalaciones que no había en una casa construida para un señor soltero, al cambiar de uso ya no se puede pretender que los espacios y los materiales no cambien, y sobre todo con un uso tan desgastante como es el de un restaurante.
Creo que sera imposible de recuperar lo que nos dejo Gaudí en 1883, acaso la casa tenia luz eléctrica en esos años??

Seguiremos la historia de esta restauración con mucho interés
Luis Gueilburt

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