Condenados a entenderse

Ahora que Barcino ya ha hecho su trabajo y los hostiles al templo pierden fuelle, se impone la colaboración entre la Sagrada Familia y el Ayuntamiento

Día 20/10/2010

En el verano de 2009, el Centre d'Arts Santa Mònica abría la exposición «Arquitectures sense lloc», un repaso a los últimos 40 años de lo «no construido» en Barcelona y Cataluña. La muestra venía a ser un entretenido paseo por la ciudad que no fue, desde los proyectos descartados para el Anillo Olímpico que firmaron Bofill o Isozaki —luego a cada uno se le encargarían piezas separadas del mismo— o el descarte de una fachada para el Corte Inglés de plaza Cataluña (finalmente se escogió el búnquer de Bohigas), hasta la delirante propuesta, aquí ya en el campo de la provocación intelectual, que firmaba Beth Galí, pareja precisamente del citado Bohigas.
La arquitecta, como se recoge en la imagen, entraba de lleno en el debate sobre la conveniencia de no continuar las obras de la Sagrada Familia, convirtiendo el templo de Gaudí en la estación central del AVE de Barcelona: la «Sagrera Familia» lo bautizaba la arquitecta, una «boutade» sobre la que el pasado lunes insistía en «El Periódico», y que supone la enésima andanada de cierto sector de la intelectualidad catalana en contra del templo. Dicho grupo, cada vez menos activo, hay que decirlo, saca pecho estos días tras el «exitoso» paso de la tuneladora del AVE al lado del templo, produciéndose el milagro de no haber derribado la obra de Gaudí.
Históricamente, la oposición a la continuación de la obra de Gaudí tiene como sagradas escrituras el manifiesto pidiendo parar las obras que firmaron en su momento personalidades como Le Corbusier, Gropius o Sert, si bien este último acabó modificando su actitud, tal y como recordaba en declaraciones a ABC el actual arquitecto del templo, Jordi Bonet.
A lomos de Barcino
Hoy mismo, el alcalde Jordi Hereu y el ministro de Fomento, José Blanco, visitan las obras, algo así como un desfile de la victoria a lomos de la tuneladora Barcino. Con el gran taladro alejándose del tramo crítico—los críticos advierten de que el peligro no desaparecerá nunca—, empieza a cuajar la idea de que se impone una necesaria colaboración entre la Junta Constructora y el Ayuntamiento de Barcelona dada la magnitud de lo que se tiene entre manos.
Tras años de ignorancia mutua —cuando no directamente hostilidad en los últimos años por el AVE— parece lógico que se imponga un entendimiento imprescindible, más ahora que Barcino ya ha hecho su trabajo y el sector hostil a la Sagrada Familia pierde predicamento.Ni la administración podrá nunca parar las obras, ni la junta podrá nunca completar en solitario el sueño de Gaudí. Condenados pues a entenderse.

Comentarios

  1. Primeramente quiero manifestar que estoy totalmentre en contra del paso del AVE tan cerca del templo. Creo que es un abuso y un maltrato para todos los años empleados desde que Gaudí la proyectó y empezó su construcción hasta ahora. Qué necesitan para hecharse atrás en sus obras de tuneladoras?

    Se han manifestado muchos expertos, arquitectos y enginieros, todos ellos en contra. Sería diferente si el Ayuntamiento no tuviese otra forma de hacerlo pero todos sabemos que había la alternativa presentada por muchos vecinos y expertos, del AVE pel litoral.
    Alternativa que parece que el Ayuntamiento y los políticos no quisieron ver. Quizás sea motivos económicos que los empujaron a no verla, todo por un puñado de millones menos, todo para que quizás estos puñados valgan todo el derrumbe y desaparición del sacrificio de cientos de años. O quizás los motivos sean puramente políticos, el hecho de sacar pecho cuando la tuneladora ha pasado y el templo se ha mantenido intacto, Bien! hemos ganado, nuestra propuesta ha salido adelante, deben exclamar a voz alta algunos como Hereu o el señor Blanco. Este, ministro de fomento del Estado Español sin bachillerato, muy bien señor Blanco, usted debe saber más que nadie de cimentaciones y estructuras...

    Señores, a mi y a millones más si nos dejaran en blanco si alguna vez le pasa algo a la Sagrada Familia gracias a vuestras grandes obras, políticos de segunda.

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