El Palau Güell de Gaudí reabre sus puertas al público tras siete años

A partir del 25 de mayo podrá visitarse una de las primeras grandes obras del arquitecto modernista. La Diputación ha gastado 9 millones de euros

14 Mayo 11 - Barcelona - C. S.

Eusebi Güell fue para Barcelona algo así como lo que fueron los Medici para Florencia y su Miguel Ángel particular tenía un nombre bastante claro, Antoni Gaudí. El industrial, político y burgués quería una residencia acorde a su estatus y llamó a Gaudí para que le planificara un palacete a pocos metros de la Rambla. El resultado fue el Palau Güell, hogar de la familia durante más de 20 años, hasta que en 1910 se mudaron al Parc Güell y pasó a ser patrimonio de la Barcelona modernista. En 2004 se cerró al público para iniciar sus obras de restauración. 7 años después, el público podrá volver a disfrutar de su magnificencia.

Visitas restringidas

El Palacio Güell, primera obra de envergadura de Gaudí, fue declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1984. El día 25 de mayo se reabrirán sus puertas al público tras su restauración integral, que lo ha devuelto a las condiciones originales previstas por el arquitecto modernista. La Diputación de Barcelona ha invertido en las obras cerca de 9 millones de euros. La espera, aunque demasiado larga, ha valido la pena.

El edificio, una de las primeras obras de Gaudí, destaca por su innovadora concepción del espacio y el tratamiento de la luz. El arquitecto introdujo soluciones basadas en planteamientos muy personales y formas expresivas fruto de su imaginación, a partir del uso de materiales nobles como la piedra, el mármol, la madera, el hierro forjado y los metales y el vidrio.

Su historia ha sufrido mil avatares. Tras una etapa de abandono, Mercè Güell, hija del industrial, cedió en 1945 el palacio a la Diputación de Barcelona, propietario desde entonces del inmueble, en el que ya realizó una importante restauración, sobre todo en la cubierta del tejado, en 1982, pero a raíz de un desprendimiento de material de revestimiento de uno de los techos del salón central, en 2004 se cerró el edificio. Diversos problemas han ido entorpeciendo su recuperación, pero el 25 de mayo será devuelto en todo su esplendor a los barceloneses.

Las visitas, a partir de ahora, no podrán superar nunca las 800 diarias, pues la limitación del acceso -no más de 185 personas simultáneas- ha sido la exigencia irrenunciable del servicio de Bomberos para conceder los permisos de visita cultural.

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