La Torre Bellesguard de Gaudí descubre sus secretos

La historia del edificio va desde su pasado romano hasta Gaudí, pasando por el asedio de 1714

La Torre Bellesguard de Gaudí que abre sus puertas al público y podrá visitarse en Barcelona. / MASSIMILIANO MINOCRI


Desde cerámica romana del año 50, hasta refugio para la defensa de Barcelona en 1714, y sobre uno de los edificios más singulares construidos por Antoni Gaudí. La Torre Bellesguard, que también fue la última residencia del rey Martí el Humano y de la dinastía catalana, abre sus puertas al público por primera vez en pleno barrio de Sant Gervasi.
Pensada como una fortaleza coronada por una cruz, Gaudí la construyó a caballo entre el modernismo y el gótico. La puesta a punto de este edificio ha sido paralela con el estudio en profundidad de su larga historia, que ha puesto al descubierto su rico pasado.
Ayer, en una ceremonia que contó con la presencia de dos consejeros del Gobierno catalán (Ferran Mascarell y Felip Puig), el alcalde de la ciudad, Xavier Trias, e incluso el líder de ERC, Oriol Junqueras, entre los más de 200 invitados se oficializó la apertura al público de esta casa, hasta ahora accesible solo a la familia propietaria, los Guilera.
Las visitas podrán ver, por primera vez, algunas de las soluciones arquitectónicas que Gaudí usó por primera vez y que luego empleó en edificios como la Sagrada Familia: desde las caballerizas del subterráneo, hasta la espectacular sala de los Maons, un espacio que Gaudí diseñó con una acústica perfecta como sala de música. La falta de recursos impidió enyesar las paredes, circunstancia que permite ver incluso las marcas hechas por el arquitecto con su lápiz.
El Grup de Recerca de Bellesguard, que ha trabajado en el último año y medio investigando el pasado de esta construcción, también ha podido establecer que Bellesguard fue ocupado por las tropas de Felipe V en el verano de 1713 y que su dueño, Joan Ferrer Bonaventura, destacó en la defensa de la ciudad.

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