El Turismo y Gaudí


El gasto medio de los 8,3 millones de turistas entre enero y febrero del 2018 ha sido de 1.067 euros y la estancia de 7,5 días.


El turismo y Gaudí  Xavier Bru de Sala  

Ahora que empieza el larguísimo agosto turístico de Barcelona, hay que aplaudir la as voces que demandan el incremento y la universalización de la tasa, todavía ridícula, que abonan los esforzados visitantes de la ciudad. Cobrar más para invertir en la perdurabilidad del recuerdo.¿Es posible mejorar la oferta cultural? Siempre se ha echado en falta una política de grandes exposiciones, pero son carísimas y no estamos en el circuito. También una información bien seleccionada y dirigida a los públicos potenciales, muy diversos. No tendremos nunca grandes museos para competir pero aquí estamos, entre las preferidas del mundo. Deberíamos saber que el éxito es frágil, detectar bien dónde se incuba el de Barcelona.
No hay que hacer inventos sino indagar, o mejor dicho recordar los dos factores clave del fogonazo de Barcelona a partir de los Juegos: La imaginación y el Quadrat d’Or. Estamos a punto de olvidar que el gran museo de Barcelona está en la calle y sus obras maestras son los edificios del legado modernista.
De manera especial Gaudí. Con gran espanto de los eternos partidarios de parar las obras de la Sagrada Familia, a pesar de la total ausencia de promoción autóctona de uno de los dos únicos genios catalanes universales del siglo XX (el otro es Dalí, pero en Barcelona no tenemos obra suya, por idiotas), Gaudí es el gran señuelo de la ciudad. Vale la pena salir de los despachos y darse una vuelta por la calle Larrard, convertida en escaparate de tiendas especializadas en ordeñar a los turistas que hacen cola para subir hacia el Parc Güell. Doblar la anchura de las aceras para facilitar el tráfico humano es tan sencillo como barato. Racionalizar la oferta, también.
Tampoco sería descabellado darse cuenta de que con la lanza de través no se va a ninguna parte. ¿Qué tal si aceptamos de una vez por todas a Gaudí y lo promocionamos como punta de lanza del amor global por Barcelona? La Barcelona guay no lo puede sufrir pero el mundo lo admira.Estamos a punto de olvidar que el gran museo de Barcelona está en la calle y sus obras maestras son el legado modernista

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